domingo, julio 8

¿SER O NO SER?


Hoy quiero plantear un tema que me tiene hace semanas en una encrucijada.

¿Por qué lo planteo acá en el blog?, bueno, porque aparte de interesarme las opiniones de quienes puedan/quieran regalarlas, resulta que es un tema en el que siento que no logro tomar distancia para poder pensar con claridad, porque cuando estoy más convencida de una cosa, más se me desmuestra que estoy equivocada... ... Aquí va:

Como les he contado por ahí, desde Diciembre me integré al coro de la parroquia Divina Providencia. No les voy a contar ahora esa historia, porque no viene al caso.

Resulta que con el pasar de los meses, hemos ido detectando que los niveles de compromiso al interior del grupo son bastante disímiles. En realidad mi juicio es que existe la percepción individual de que todos estamos súper comprometidos, pero cómo eso se traduce en la práctica ha resultado ser de lo más subjetivo.

Porque para unos el compromiso significa estar ahí siempre, llueva o truene, pase lo que pase. A la hora acordada, ni un minuto más. Y en caso de no poder ir, avisar al resto para no entorpecer el funcionamiento del grupo.

Para otros, el compromiso consiste en ir siempre que no haya otra cosa que hacer (que puede ser desde estar enfermo hasta irse de paseo o tener sueño o lo que sea), pero hacerlo con hartas ganas y alegría.

Hay algunos que en realidad piensan que el compromiso es cosa personal, que nadie se tiene que meter con lo que hacen los otros. Avisar o no da lo mismo, lo importante es que cada uno hace lo que estima conveniente y cada cual se preocupa de lo suyo.

Incluso hay quienes parecen pensar que son poco relevantes, por tanto ir o no ir, avisar o no avisar, llegar a la hora o no, en realidad da lo mismo, porque no se va a notar.

Deambulan varios otros criterios, también mezclas de todo lo anterior con las ponderaciones más disímiles que uno pueda imaginar.

La cosa es que, como imaginarán, tanta heterogeneidad produce algunos desencuentros. Como siempre supongo que son cosas de expectativas.

Los que me conocen ya se imaginarán en qué entorno de criterios ando yo: compromisos son compromisos. Y como he visto que hay varios descontentos con el asunto, quise apoyar un diálogo en que cada uno pudiera expresar su punto de vista y tal vez sentar algún tipo de criterio básico.

Pues bien, en esa línea me he topado con que parece ser que a nadie le interesa. En realidad como que las personas prefieren hacer la vista gorda antes que decir su opinión. Como que los disgustos "por debajo" son mucho mejores que decir las cosas con todas sus letras. Y al final me quedo con la impresión de que hay una mayoría importante que prefiere que las cosas caigan por su propio peso, si funciona bien y si no también... o algo así (aclaro que me cuesta explicarlo porque en realidad me cuesta entenderlo).

El punto es: ¿qué se supone que hace uno en estos casos? ¿se retira porque no puede funcionar a medias tintas? ¿Se suma a la mayoría y relaja los estándares? ¿Da la pelea e intenta trabajar para que las cosas funcionen como uno cree que deberían funcionar? ¿no se mete en líos para no molestar a los demás? ¿se queda callado? ¿dice lo que piensa con la alta probabilidad de generar anticuerpos?

Yo me perdí... y miesntras más lo pienso más me confundo... sobre todo porque me gusta mucho participar del coro, me gusta mucho haber conocido a las personas que lo conforman, me daría mucha pena dejar de participar...