jueves, octubre 26

LOS MAESTROS II

Este post es una continuación de uno que escribió mi pequeña amiga Carmen Paz en su blog (ver www.pistucita.blogspot.com).

Tenía toda una reflexión ella sobre las personas que van influyendo en nuestras vidas, por ahí le anduve dando mi opinión. Es un tema que a mí me ha dado muchas vueltas, por tiempos casi al borde del tormento.

La cosa es que me ocurrió algo increible. Todavía estoy medio atolondrada por el impacto. Resulta que el otro día fui al encuentro de ex-alumnos de teatro que organizó Lía en el colegio. Estuvo muy lindo, demasiado producido, se preocuparon de todos los detalles.

En eso me encuentro con una niña, pequeña, muy parecida a una compañera de colegio (del otro curso eso sí). Y le pregunto "¿tú eres la hermana de la Rosario Villegas?" y me dice, "Sí, soy Rocío". Ella se acordaba perfecto de mí... sucede que los más chicos siemrpe recuerdan a los más grandes ¿no?

Ella tiene que ser como 6 años menor que yo. Entró a estudiar teatro este año a la U de Chile.

Y entre medio de la conversación me dice "¿Sabes? yo me enamoré del teatro cuando te vi actuar en Animas de Día Claro"

¡¡¡¡¡ !!!!!

Diantres!... ¿se enamoró del teatro por verme actuar a mí? ¿Cómo es eso posible?. Yo tengo conciencia de algunas personas en las que sé que he influido, de una u otra manera. Pero escuchar esto me hizo reflexionar acerca de esas muchas otras personas a las que uno influye sin darse cuenta.

Y de lo importante que pueden llegar a ser para otros las palabras, los gestos, la pasión con que hagamos las cosas.

Nada es azar, todo tiene causas y consecuencias, todo lo que hacemos tiene miles de repercusiones (¿Vieron el efecto mariposa? buena película!).

Me pregunto a cuántas personas más puedo haber influenciado sin darme cuenta. Con un poco de temor me pregunto a cuántas personas pude haberle hecho daño sin darme cuenta....

Y por otro lado, que bonitas las instancias en las cuales alguien va y te dice una cosa como esta... es un regalo precioso...

Creo que es tiempo de empezar a decirle a todas esas personas importantes, el regalo que han sido para mí!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada uno de nosotros es un centro que irradia. ¿qué irradia?, eso es otra historia. Pero no nos podemos sacar de encima ese peso social de nuestras acciones, especialmente cuando alguien comienza a destacar mínimamente en algo. Las "luminarias" son importantes para todos nosotros. Todos,queramos reconocerlo o no, tenemos personas a las que hemos "seguido" en algún momento de nuestras vidas. Hay personas que queman una enorme cantidad de energía en manifestarse como autosuficientes "yo me hago a mi mismo" "yo no le debo nada a nadie". A mi me encanta la idea de entenderme "una persona habitada". Hay tantas personas significativas en las cosas que hago cada día. Desde la letra con la que escribo (que comencé imitando a mis amigos más cercanos y que escribían bonito)hasta las ideas que muchas veces manifiesto y que las he tomado muchas veces de mis profesores o personas que sentía muy cercanas. Por cierto que en todos estos procesos hay una asimilación que hoy me permite hacer profundamente mías esas cosas. Me gusta la idea de sentirme un "mosaico" de personas. Tengo más que claro que "no me he hecho solo" y que todo lo que soy se lo debo a tantas personas que han moldeado mi personalidad en toda mi historia. Somos seres sociales, por lo mismo no podemos vivir sin querer asumir nuestro rol, queriendo vivir como "pájaros".
Un lindo tema angelita, aprender a tomar conciencia de las personas que nos van moldeando en nuestra vida.
Fernando Tapia

Tania Campos dijo...

¿Sabes? Yo doy clases en una universidad desde hace dos años, y me doy cuenta como muchas veces los chicos necesitan algo más que lecciones frías, necesitan profesores que sean humanos, que se interesen por ellos como individuos, que sean capaces de franquear la barrera que separa tradicionalmente a los maestros de los alumnos.

Me siento muy afortunada de que me dieran la oportunidad de influir en la vida de tantos jóvenes, y que al paso del tiempo, los que ya estuvieron una vez en mis aulas se acercan a saludarme con mucho cariño, y me dicen de vez en vez que soy la mejor maestra que han tenido en su vida, y como bien dices, son esos los momentos que nos llenan de dicha y nos recuerdan qué gran responsabilidad tenemos cuando pasamos por la vida de la gente dejando huella.

Hasta pronto.